El Bautismo es el primer Sacramento cristiano, ya que da la bienvenida a la Iglesia a un nuevo miembro, hermano en Cristo. En esta ceremonia tan especial, existen una serie de simbolismos y rituales específicos que se centran en recordarnos que hemos nacido y que somos ungidos para una nueva vida en Cristo. También es la llave que nos da acceso al resto de Sacramentos.
Sin duda, el elemento más importante de la celebración es el agua, que libra al bautizado de todas las impurezas del pecado original. Ahora bien, en la ceremonia del Bautismo cobra importancia la presencia de una vela… ¿y qué tienen que ver las luces y las velas en todo esto? En Mamá Candela os lo explicamos.
Como ya sabemos, la luz en el cristianismo es símbolo de pureza, paz y fuerza divina que provienen de Cristo Resucitado; por eso, durante la ceremonia del Bautismo aparece esta luz en la Vela Bautismal.
Esta vela es la representación de Cristo, la LUZ del mundo. Se entrega a los padrinos del pequeño para recordarles su compromiso de acompañar y apoyar en la fe al bautizado. De la misma forma, nos recuerda que la luz fue la primera de las creaciones de Dios y nos recuerda las palabras de Jesús “Yo soy la luz verdadera. Vosotros sois la luz del mundo… Así brille vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas acciones y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.” (Mt 5,16). La luz es representación de la fe en Cristo y así se transmitirá al nuevo bautizado, que también será luz en medio del mundo: “Recibid la luz de Cristo. A vosotros, padres y padrinos, se os confía acrecentar esta luz. Que vuestros hijos, iluminados por Cristo, caminen siempre como hijos de la luz. Y perseverando en la fe, puedan salir con todos los Santos al encuentro del Señor” (Ritual del Bautismo).
Por estas razones y algunas más, en Mamá Candela hemos decidido formar parte activamente de esta ceremonia y crear Velas Bautismales para traer la Luz a todos los que quieran participar de la fe en Cristo.