¡Saludos a todos los amantes de la fe y la magia! Hoy exploramos el fascinante mundo de «Encanto» desde una perspectiva cristiana, centrándonos en el simbolismo espiritual de las velas presentes en la película. ¿Cómo se entrelaza la espiritualidad cristiana con las luminosas velas que decoran el hogar de los Madrigal? Acompáñanos en este viaje donde la luz se convierte en un faro de valores cristianos.

La Vela como Luz del Mundo

En las Escrituras, Jesús se identifica como la «Luz del Mundo». En «Encanto», las velas asumen un papel similar, representando la luz interior de cada miembro de la familia Madrigal. Este simbolismo resuena con la enseñanza cristiana de dejar que nuestra luz brille para iluminar el camino de los demás y glorificar a Dios.

«Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.» – Mateo 5:16

El Acto de Encender la Vela: Una Oración Encendida

En varias escenas, encender la vela se convierte en un acto sagrado para los Madrigal. Este ritual resuena con la tradición cristiana de encender velas como un medio de oración y conexión con lo divino. El gesto de encender la vela puede ser visto como una expresión de gratitud, súplica o simplemente como un recordatorio constante de la presencia de Dios en la vida diaria.

«La oración eficaz del justo puede mucho.» – Santiago 5:16b

La Familia como Comunidad de Fe

La unidad familiar y la conexión entre los Madrigal reflejan la importancia de la comunidad en la espiritualidad cristiana. En la Biblia, se enfatiza el valor de la comunión y el apoyo mutuo entre los creyentes. La familia Madrigal, al encender las velas juntos, nos recuerda que la fe se vive mejor en comunidad.

«Donde dos o tres se reúnen en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.» – Mateo 18:20

La Luz que Despeja la Oscuridad

La vela, como fuente de luz, simboliza la superación de la oscuridad. Este tema resuena con la promesa cristiana de que la luz de Cristo disipa las tinieblas. Al encender las velas en «Encanto», los personajes nos inspiran a buscar la luz divina para iluminar los momentos oscuros de nuestras vidas.

«En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella.» – Juan 1:4-5

En conclusión, la espiritualidad cristiana de la vela en «Encanto» nos invita a reflexionar sobre la luz que llevamos dentro, la importancia de la oración y la comunidad, y la promesa de que la luz de Cristo siempre disipa la oscuridad. Que la próxima vez que enciendas una vela, recuerdes estas verdades espirituales y permitas que la luz ilumine tu camino. ¡Que la paz de Cristo brille en tu corazón como una vela encendida!

Puedes ver la película en la web oficial de Disney España.

La temporada de Adviento nos invita a preparar nuestros corazones para la llegada del Salvador, y qué mejor manera de hacerlo que a través de la delicada luz de las velas. En la tradición católica, decorar con velas en Navidad no es solo un acto estético, sino una expresión espiritual de esperanza, paz y alegría. Descubramos juntos cómo iluminar tu hogar de manera significativa durante esta temporada sagrada.

selective focus of purple candle
Photo by George Becker on Pexels.com

La Corona de Adviento: Un Símbolo de Esperanza

Comienza la temporada de Adviento con la tradicional Corona de Adviento. Esta corona, compuesta por ramas verdes y cuatro velas, representa la esperanza, la paz, la alegría y el amor. Enciende una vela cada domingo de Adviento, marcando el camino hacia el nacimiento de Jesús. Coloca la corona en un lugar central, como la mesa de la sala, como recordatorio constante de la luz que viene al mundo.

Velas Adviento "Ven, Jesús"
Velas Adviento «Ven, Jesús»

Velas en el nacimiento: anunciando el Nacimiento Divino

El nacimiento de Jesús es el corazón mismo de la Navidad, y decorar el pesebre con velas resalta la importancia de este evento celestial. Coloca velas alrededor del pesebre o en pequeños candelabros. Al encenderlas, crea un ambiente sagrado que refleja la luz que emanó de la estrella de Belén.

Velas en la ventana: una luz para el mundo

Las velas en las ventanas de tu hogar simbolizan la luz que Jesús trae al mundo. Esta antigua tradición católica es un recordatorio de que nuestro hogar es una luz para el mundo, reflejando el amor y la verdad de Cristo. Coloca velas blancas en los alféizares para iluminar suavemente la oscuridad exterior.

Velas en la mesa: invocando la paz y la alegría

La mesa de la cena se convierte en un lugar especial para compartir en familia durante la Navidad. Adorna la mesa con velas que representen la paz y la alegría. Puedes optar por velas de colores suaves o encerrar pequeñas velas en recipientes decorativos. La luz de las velas en la mesa simboliza la presencia de Cristo en nuestras celebraciones.

Velas perfumadas: fragancias de esperanza y amor

Las velas perfumadas no solo iluminan, sino que también infunden tu hogar con fragancias acogedoras. Escoge aromas que evocan la temporada, como canela, vainilla o bálsamo de abeto. Enciéndelas durante la oración familiar o al leer las Escrituras, creando un ambiente que estimula los sentidos y el espíritu.

Foto de Jeremy Kyejo para Pixabay
Fuente: Pixabay. Foto de Jeremy Kyejo

Vigilia de Nochebuena: una procesión de velas

En la noche sagrada de Nochebuena, considera organizar una procesión de velas antes de la Misa del Gallo. Invita a familiares y amigos a sostener velas encendidas mientras se dirigen a la iglesia. Este gesto simboliza la luz de Cristo que guía a la comunidad hacia la celebración del nacimiento de nuestro Salvador.

Al decorar con velas en la Navidad católica, estamos tejiendo símbolos sagrados en la tela de nuestro hogar. La luz de las velas no solo embellece, sino que también proclama la luz de Cristo que brilla en nuestras vidas. Que este Adviento esté lleno de la cálida luz de la esperanza, la paz, la alegría y el amor que nos trae el Niño Jesús. ¡Que la luz de Cristo ilumine tu hogar y tu corazón en esta temporada santa!

La cera de abeja, un tesoro natural producido por las laboriosas abejas, ha sido apreciada a lo largo de la historia por sus diversos usos y beneficios. Este producto ceroso, secretado por las abejas obreras, no solo despierta admiración por su proceso de creación, sino que también se ha ganado un lugar especial en una variedad de aplicaciones. En este blog, exploraremos las múltiples facetas de la cera de abeja, desde su origen hasta sus usos cotidianos.

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Orígenes de la cera de abeja: un proceso asombroso

La cera de abeja es una creación fascinante de la naturaleza. Las abejas obreras segregan esta cera a partir de glándulas ceríferas situadas en su abdomen. A medida que las abejas trabajadoras construyen sus colmenas, utilizan la cera para elaborar los panales que albergarán la miel y proporcionarán un refugio seguro. Este proceso meticuloso y admirable ha inspirado la utilización de la cera de abeja en diversas aplicaciones humanas.

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Fuente: Pexels. Foto de Mostafa Eissa

Propiedades versátiles de la cera de abeja: más allá de la colmena

La cera de abeja posee propiedades únicas y versátiles que la hacen destacar en una variedad de aplicaciones. Su capacidad para solidificarse a temperatura ambiente la convierte en un ingrediente esencial en la fabricación de velas, proporcionando una luz limpia y suave. Además, su cualidad hidrófoba la hace ideal para crear productos de cuidado de la piel, como bálsamos labiales y cremas, ya que forma una barrera protectora contra la humedad.

Beneficios para la piel: cera de abeja en productos naturales

La cera de abeja es un ingrediente estrella en el mundo del cuidado de la piel. Al ser rica en vitamina A, actúa como un humectante natural que ayuda a suavizar y nutrir la piel. Los productos de cuidado personal que contienen cera de abeja ofrecen beneficios hidratantes y protectoras, siendo ideales para pieles sensibles. Su inclusión en cremas, lociones y bálsamos contribuye a mantener la piel suave y saludable.

Sostenibilidad y respeto por el medio ambiente: La elección de la cera de abeja

Optar por productos que contienen cera de abeja también refleja un compromiso con la sostenibilidad y el respeto por el medio ambiente. La obtención de la cera se realiza de manera ética, sin dañar a las abejas o su entorno. Además, la cera de abeja es biodegradable, lo que significa que su uso no contribuye a la acumulación de residuos dañinos para el planeta.

Consejos para cuidar productos con cera de abeja: alargando su duración

Para asegurar la durabilidad y eficacia de productos con cera de abeja, es esencial seguir algunos consejos prácticos. Evitar la exposición prolongada a altas temperaturas y almacenarlos en lugares frescos y secos es clave. Asimismo, utilizarlos según las indicaciones de cada producto asegurará una experiencia óptima y prolongará su vida útil.

Cera de abeja y aromaterapia: una combinación agradable

La cera de abeja se ha convertido en una elección popular en velas aromáticas utilizadas en la práctica de la aromaterapia. Al arder, estas velas liberan su aroma natural y suave, creando un ambiente relajante y propicio para la meditación. La combinación de la cera de abeja con aceites esenciales potencia sus beneficios, ofreciendo una experiencia sensorial única.

Imagen de Melanie en Pixabay
Fuente: Pixabay. Foto de Melanie

Un tesoro natural a integrar en la vida diaria

En conclusión, la cera de abeja es un tesoro natural con propiedades sorprendentes y aplicaciones diversas. Desde su origen en las colmenas hasta su presencia en productos de cuidado personal y velas aromáticas, la cera de abeja es una elección consciente para aquellos que buscan beneficios naturales y sostenibles. Su versatilidad y propiedades únicas la convierten en un ingrediente valioso que continúa iluminando y protegiendo, recordándonos la maravilla de la colaboración entre las abejas y la naturaleza. Integra este regalo de la colmena en tu vida diaria y descubre sus beneficios duraderos.

Hoy, día 2 de febrero, celebramos la fiesta de la Presentación del Niño Jesús en el Templo, que también conocemos como la fiesta de la Virgen de la Candelaria. En Mamá Candela, tenemos especial devoción por esta advocación de la Virgen, ya que tiene mucho que ver con nuestra vocación y el trabajo de todo nuestro equipo. Por eso, en su día, queremos compartir con vosotros un poco de su historia.

Virgen de la Candelaria Patrona de Tenerife
Virgen de la Candelaria, Patrona de Tenerife.
Fuente: Blog de las Parroquias del Risco de San Nicolás y San Francisco

Presentación de Jesús en el Templo

Según la tradición, cuarenta días después del nacimiento de Jesús, sus padres fueron al templo a cumplir con el rito de la presentación del niño. Se trata de un ritual judío, en el que el niño es consagrado a Yahvé en una ceremonia en la que será circuncidado. También es una ceremonia de purificación para la madre, tras haber quedado impura en el alumbramiento. En el caso de los primogénitos, se debía también presentar una ofrenda a Yahvé, consistente en un cordero, o, si la familia era humilde, en dos tórtolas, o dos pichones.

El canto de alabanza de Simeón, de Rembrandt
El canto de alabanza de Simeón, de Rembrandt. 1631, óleo sobre madera de roble.
Royal Picture Gallery Mauritshuis , La Haya. @Wikipedia

María y José acuden así, como familia humilde, a consagrar a Jesús; los hechos que sucedieron son descritos así por el evangelista san Lucas:

“Cuando se cumplieron los días de la purificación, según la ley de Moisés, los padres de Jesús lo llevaron a Jerusalén para presentarlo al Señor, de acuerdo con lo escrito en la ley del Señor: «Todo varón primogénito será consagrado al Señor», y para entregar la oblación, como dice la ley del Señor: «un par de tórtolas o dos pichones».
Había entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre justo y piadoso, que aguardaba el consuelo de Israel; y el Espíritu Santo estaba con él. Le había sido revelado por el Espíritu Santo que no vería la muerte antes de ver al Mesías del Señor. Impulsado por el Espíritu, fue al templo. Y cuando entraban con el niño Jesús sus padres para cumplir con él lo acostumbrado según la ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo:
«Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz. Porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel».
(…) Y, cuando cumplieron todo lo que prescribía la ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño, por su parte, iba creciendo y robusteciéndose, lleno de sabiduría; y la gracia de Dios estaba con él.” 

Lc 2, 22-40

Jesús es presentado en el Templo y reconocido por Simeón como “Luz para alumbrar a las naciones”. Por esto, las representaciones tradicionales de esta escena evangélica muestran a María con una vela o lámpara en la mano, símbolo de Jesús, luz que alumbra a las naciones. 

Los griegos llaman a esta fiesta la Hypapante, “Fiesta del Encuentro”. Tenemos constancia de la celebración de esta fiesta ya en el siglo IV, cuando el emperador Justiniano decreta su celebración el día 2 de febrero.

Virgen de la Candelaria

Cobra especial importancia la representación de la imagen de la Virgen de la Candelaria que se custodia en la isla de Tenerife y que tiene una curiosa historia.

Fray Alonso de Espinosa (1543-1600), historiador español y primer cronista de Tenerife, nos cuenta que esta imagen fue encontrada en 1392 en las costas del Valle de Güímar por dos pastores guanches, que se dirigían a encerrar el ganado en una cueva. Estos vieron que el ganado no avanzaba, por culpa de “una mujer de no más de 1 metro de altura que llevaba una vela en la mano y un niño en el brazo”. Por aquella época, estaba prohibido que los hombres se acercaran a las mujeres en espacios lejanos al poblado y decidieron espantarla. Uno de ellos, intentó hacerle señales para que se apartara del camino y dejase pasar al ganado, pero al ir a ejecutar la acción, el brazo se le quedó rígido, sin apenas movimiento. El otro, asustado, intentó herirla en un brazo, pero quedó herido él mismo.

Asustados, los dos huyeron a Chinguaro para comunicarle el suceso al mencey (rey guanche), que, tras las recomendaciones de sus consejeros, decidió que la imagen fuera trasladada a su presencia por los dos pastores heridos. Estos, al contacto con la imágen, quedaron sanados, y por eso el mencey comprendió que aquella mujer con un niño en brazos era cosa sobrenatural. El mismo rey entonces quiso llevarla en sus brazos. 

Aparición Virgen de la Candelaria entre Guanches y Mencey
Candelaria entre guanches, de autor desconocido. Siglo XVIII, óleo sobre lienzo.
Ermita de las Angustias, Icod de los Vinos (Tenerife). @Wikipedia

El sitio donde se encontró la imagen es hoy una de las localidades con más encanto de la isla de Tenerife, y recibe el nombre de Candelaria.  

Hoy en día, esta Virgen es la patrona de las Islas Canarias y de parte de muchos países de Latinoamérica como Argentina, Chile, Brasil, Bolivia, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, México, Paraguay, Perú, Uruguay o Venezuela.

La Candelaria y la tradición

La Candelaria es la fecha que marca el cierre de la Navidad. De hecho, hay personas que mantienen el nacimiento puesto en sus hogares hasta el día de hoy, siguiendo una antigua tradición.

También meteorológicamente hablando, la Candelaria marca un punto de inflexión en la estación invernal. Hay un refrán que dice: “Si la Candelaria implora, está el invierno fora”, que traducido, quiere decir que si llueve el día de la Candelaria el invierno irá suavizándose y no habrá muchos más días de frío intenso.

Hoy, en todo el mundo, se conserva la tradición de que las madres que han tenido un hijo en el año acudan a la iglesia, a presentarlo al Señor.

Mama Candela Virgen Candelaria Cristobal Hernandez de Quintana
Virgen de la Candelaria, de Cristóbal Hernández de Quintana. Siglo XVIII, óleo sobre lienzo.
Puerto Rico, Museo de Arte de Ponce. @Wikipedia

Especialmente en México se celebra el día de las Candelas, con una gran fiesta, en la que no faltan los tamales.

En la ciudad Peruana de Puno la Fiesta de la Candelaria fue declarada por la Unesco Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.

En España hay numerosas celebraciones populares en esta fecha en diversos lugares de nuestra geografía, como por ejemplo en Almendralejo (Badajoz), Palencia o Dos Torres (Córdoba), donde la fiesta ha sido declarada Fiesta de Interés Turístico Regional por la Junta de Andalucía.

Por último, como detalle curioso, decir que la Virgen de la Candelaria es la Patrona del Gremio de los Electricistas.

Feliz Día de la Candelaria a todos.

Mama Candela Blog bautismo

El Bautismo es el primer Sacramento cristiano, ya que da la bienvenida a la Iglesia a un nuevo miembro, hermano en Cristo. En esta ceremonia tan especial, existen una serie de simbolismos y rituales específicos que se centran en recordarnos que hemos nacido y que somos ungidos para una nueva vida en Cristo. También es la llave que nos da acceso al resto de Sacramentos.

Sin duda, el elemento más importante de la celebración es el agua, que libra al bautizado de todas las impurezas del pecado original. Ahora bien, en la ceremonia del Bautismo cobra importancia la presencia de una vela… ¿y qué tienen que ver las luces y las velas en todo esto? En Mamá Candela os lo explicamos.

Como ya sabemos, la luz en el cristianismo es símbolo de pureza, paz y fuerza divina que provienen de Cristo Resucitado; por eso, durante la ceremonia del Bautismo aparece esta luz en la Vela Bautismal

Esta vela es la representación de Cristo, la LUZ del mundo. Se entrega a los padrinos del pequeño para recordarles su compromiso de acompañar y apoyar en la fe al bautizado. De la misma forma, nos recuerda que la luz fue la primera de las creaciones de Dios y nos recuerda las palabras de Jesús “Yo soy la luz verdadera. Vosotros sois la luz del mundo… Así brille vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas acciones y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.” (Mt 5,16). La luz es representación de la fe en Cristo y así se transmitirá al nuevo bautizado, que también será luz en medio del mundo: “Recibid la luz de Cristo. A vosotros, padres y padrinos, se os confía acrecentar esta luz. Que vuestros hijos, iluminados por Cristo, caminen siempre como hijos de la luz. Y perseverando en la fe, puedan salir con todos los Santos al encuentro del Señor” (Ritual del Bautismo).

Por estas razones y algunas más, en Mamá Candela hemos decidido formar parte activamente de esta ceremonia y crear Velas Bautismales para traer la Luz a todos los que quieran participar de la fe en Cristo.

Al finalizar noviembre, o a veces al comenzar diciembre, llega a nosotros el tiempo de Adviento, como tiempo de preparación para la Navidad. La palabra «Adviento» viene del latín «Adventus», que significa «Venida». Más concretamente, según lo conocemos nosotros, este término hace alusión a lo que en latín se llama «Adventus Redemptoris», es decir, «la venida del Redentor», que son las cuatro semanas (cuatro domingos) previos al 25 de Diciembre. Por tanto, el Adviento es el tiempo de preparación para el Nacimiento de Jesús, la Navidad.

Y es que, más allá de las luces led, los trapos rojos, la escarcha en el pelo y el júbilo de los centros comerciales, tenemos cuatro semanas maravillosas para preparar nuestro interior a la venida de Jesús en Belén. ¿Qué digo, en Belén? Tenemos cuatro semanas para preparar nuestra alma y acoger en ella al Hijo de Dios, que quiere nacer en nosotros.

La tradición nos recomienda preparar la Navidad en torno a la corona de Adviento: un círculo hecho de ramas perennes y frutos de invierno, adornado con lazos, en el que colocaremos 4 velas, que iremos encendiendo semana tras semana, una cada Domingo de Adviento.

Foto de lil artsy

La corona es circular, ya que el círculo es imagen de la eternidad, del infinito. Y las ramas y frutos que contiene simbolizan lo que tenemos en este tiempo, lo que sí tiene fecha de caducidad, que colocamos al servicio del Dios infinito, que se hará pobre y limitado al venir a María, por amor a nosotros. Y el lazo, que suele ser de color rojo, simboliza los lazos de amor que nos unen, entre nosotros y a Cristo.

En cuanto a las velas, en las iglesias tradicionalmente se colocan tres velas moradas (el morado es el color litúrgico de la preparación, o penitencia) y una vela rosa (símbolo del Domingo de la Alegría, o Gaudete, que celebraremos el tercer Domingo del Adviento). En los hogares, la elección de las cuatro velas suele ser más libre.

Las velas de la corona se irán encendiendo, una a una, cada uno de los domingos del Adviento; este dar poco a poco la luz es un gesto precioso, lleno de significado, en el que la oscuridad se irá llenando de más luz, según se aproxime la fecha de la Navidad. Así también en nuestra vida, el Adviento, bien vivido, nos ayudará a llenar nuestra vida de ilusión, alegría, esperanza, paz, amor… y así llegar bien preparados al Nacimiento del Salvador.

Entonces, si este tiempo de preparación es tan importante, podríamos decir que el Adviento es el tiempo de saborear, poco a poco, una «Navidad por anticipado»; en estas cuatro semanas, podemos hacer propósitos de mejorar: amar más, hablar menos, discutir poco, servir mejor a los demás, quejarnos poco… semana a semana. Y así ir degustando la venida de Cristo, que se va haciendo presente, poco a poco, cada vez más, entre nosotros y en nuestra alma.

Y, sin que casi nos hayamos dado cuenta, nos encontraremos con las cuatro velas encendidas; pero aún hay más: en nuestra corona de Adviento, Jesús se hará presente en la «quinta vela»: la noche de Nochebuena, antes de cenar, nos reuniremos cerca de la corona, al lado de nuestro belén, y colocaremos una vela más, en el centro de la corona. Será entonces el momento de colocar al Niño Jesús en el pesebre, bendecir nuestra mesa y celebrar todos juntos con gran alegría el Nacimiento del Salvador.

Estos días ha vuelto a caer en mis manos este artículo de Aleteia sobre la corona de Adviento. Y, retomando el tema, me ha parecido interesante ofrecer algunos puntos para vivir mejor este tiempo de gracia. Aquí van mis 7 tips para ayudaros a vivir el Adviento:

  1. Preparar «la preparación»
  2. Tiempo al tiempo
  3. La corona
  4. Armando el belén
  5. Propósitos, con un propósito
  6. Oración y acción
  7. Grandes deseos
Foto de Lil Artsy

1. Preparar «la preparación»

El tiempo de Adviento no es un compás de espera, sino un tiempo de gracia… no podemos reducirlo al mero deseo de la Navidad. Es importante que prepares bien este Adviento, tanto en lo exterior como en lo espiritual, con gestos y pequeños detalles que te ayuden a vivir bien el sentido de este tiempo litúrgico: la corona, el calendario de Adviento, la planificación del Belén, la preparación de las oraciones, el calendario de propósitos…

En los días previos al Adviento, es preciso hacer una pequeña reunión de familia, y ver qué puede aportar cada uno a esta preparación.

2. Tiempo al tiempo

Cada vez vivimos más deprisa… pero disfrutar de cada día es lo más importante. No tener el pensamiento en lo que viene… sino en lo que está, en lo que tenemos ahora… en el momento presente. Cada día, dejémonos sorprender por la Palabra de Dios, que es un regalo concreto y que nos descubre siempre algo nuevo.

Saborea día a día, con paciencia, como hacen los niños con el chocolate del Calendario de Adviento. Acoge las noticias con esperanza y aceptación. Repite a menudo «ya estás en camino», «paso a paso»… Es muy bonito preparar alguna sorpresa a la familia cada uno de los domingos de Adviento.

3. La corona

No puede faltar en cada hogar una corona de Adviento, en la que cada domingo iremos encendiendo una vela, mientras rezamos en familia.

La corona no es un elemento decorativo más… sino el centro de atención durante las semanas del Adviento. Por eso, debe estar colocada en un lugar importante, y preferiblemente en el salón, donde toda la familia se pueda reunir alrededor de ella.

Cada día tendremos un ratito de oración, prendiendo las velas correspondientes. Además de orar en torno a la corona, podemos ir depositando en ella pequeños papelitos con peticiones, oración por alguien, deseos de mejorar algo en nosotros, preocupaciones que nos inquietan… y pedir en la oración por todas estas intenciones.

4. Armando el Belén

Dentro de la preparación propia del tiempo de Adviento se encuentra la tradición del nacimiento, o belén. Es una de las tradiciones más bonitas, y a la vez más familiares que tenemos.

Qué bonito, en estos primeros días del Adviento, planificar nuestro belén, e ir montándolo poco a poco, colocando las figuras y guardando las más importantes para el final. Y, al colocar a María y José, colocar también el pesebre o cuna (si está separado del Niño), y aprovechar la última semana del Adviento, a partir del Domingo de la Alegría, para hacer nuestra oración familiar en torno a esa cunita o espacio vacío entre María y José, deseando en nuestro corazón la llegada del Salvador.

5. Propósitos, con un propósito

Es bueno hacerse propósitos en este tiempo de Adviento, pero identifiquemos bien el norte… No se trata, como creen muchos, de que «nos invada el espíritu de la Navidad»… así, rebajando la divinidad a un mero altruismo, o falsa caridad, haciendo las cosas bien para sentirnos mejor, pero sin cambiar nada. No, no es eso.

Pongámonos propósitos de ser mejores personas, de cuidar más nuestra oración y vida de Sacramentos. Pongámonos incluso propósitos de caridad hacia los que nos necesitan… pero enfocados en hacer más hueco en nuestro corazón al Hijo de Dios, que llega a salvarnos. Enfoquemos nuestros propósitos en Jesús; en ser más como José y María, en ser «menos yo» y «más Ellos»… En su espejo, sí. Ser más santos, más humildes, más atentos con los demás, por y para Jesús.

6. Oración y acción

Nos urge, en este tiempo de Adviento, preparar la Venida del Salvador con más oración personal y familiar. Pero no podemos encerrarnos en nosotros… los demás nos necesitan. Preparemos acciones concretas de caridad hacia los demás, pero desde la humildad, sin hacer caso al vanidoso que llevamos dentro…

Planteemos algún acto de caridad en familia; podemos visitar algún convento, y preguntar a las hermanas si necesitan algo; hay comunidades muy necesitadas, que viven en absoluta pobreza, careciendo de lo más básico: jabón, zapatos,… Podemos también acercarnos a ayudar a alguien que viva en la calle. Podemos llevar un turrón a ese vecino que no tiene a nadie, y pasar un rato con él… A todos nos pone Dios la oportunidad de ejercer la caridad, día a día.

7. Grandes deseos

Y este último TIP va destinado a la ilusión, a la añoranza, a la espera activa, a la NECESIDAD de Dios que tenemos en nosotros… Vivamos este Adviento con grandes deseos de que Jesús nazca en nosotros, para revolverlo todo, para hacernos más santos, para que se lleve de nosotros la pereza, la apatía, la amargura y la queja… para que ponga en nosotros Alegría, Esperanza, Paz y Amor. Que no nos perdamos, en este tiempo de bendición, añorando las Navidades pasadas, pensando en los que no están, en lo que no tendremos, en lo que no vuelve… Vivamos en el deseo ardiente de conocer el Corazón de Jesús, amarle más, ser más santos. Porque sólo los que tienen grandes deseos alcanzan grandes metas.